Ignoro si Ponferrada tendría antes algún otro cementerio. Me figuro que sí, ¡una ciudad tan antigua!, que algún camposanto romano, medieval o de los tiempos modernos habría estado situado en zona urbana y que por tal motivo (y las leyes promulgadas por Carlos III) se ha construido un único cementerio a las afueras de la población.
La factura del cementerio es impecable. Su diseñador se ha debido fijar en sacramentales de otros países, tal vez estadounidenses o británicas, y se han construido numerosos parterres que alojan tumbas en el suelo, panteones de diversa factura e hileras casi interminables de nichos plagadas de zonas verdes y bulevares que nos invitan a pasear y a admirar además el magnífico paisaje que se divisa del Ancares desde el punto más elevado de la ciudad.
Con tan poca documentación lo único que puedo hacer es deleitarles con algunas instantáneas que tomé la pasada Semana Santa en la capital berciana. Un precioso paseo que reconcilia naturaleza, hombre y arte en un todo y brinda paz al espíritu. Disfruten.
Cruces modernas y cruces más antiguas se mezclan en algunos parterres del cementerio. |