Grandes y Grandas
Juan II de Castilla e Isabel de Portugal. Cartuja de Santa María de Miraflores (Burgos).
noviembre 28, 2011
Hoy se van a hartar de ver fotos. Me van a llamar pesada, ¡también!, pero es que la Cartuja de Miraflores tiene millones de detalles, así que habría que sacarle millones de fotos. Les obsequio con treinta y cinco y espero insuflarles el gusanillo de la curiosidad para que vayan a visitar esta maravilla tardomedieval burgalesa que a mí personalmente me tiene enamorada desde que viví una temporada en Burgos y la vi por primera vez allá en el 1999.
¡Qué bien vendría una escalera pequeña para poder ver desde arriba este despiporre de detalles, sorteando la preciosa verja que amuralla el sarcófago de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal! |
Lo primero que van a ver a la entrada de la iglesia de la Cartuja ya anuncia algo grande... |
... muuuy grande. |
Riánse del Rococó ¡ja! Además en esta foto no se le ve entero, a mí no me daba el angular de la cámara. ;-) |
Uno de los dos angelitos que sostiene el escudo de armas del infante. Está policromado, pero esta pintura no corresponde a la época en la que fue tallado el monumento. |
Esta preciosidad gótica no empezó sus días como lugar de reposo eterno sino como zona de esparcimiento y asueto real. El rey Enrique III el Doliente -padre de Juan II- confiscó las tierras al pueblo de Burgos, no sin conseguir más de una revuelta popular, para hacerse construir allí una residencia palaciega. No era tonto el rey, no, ya que desde Miraflores se divisa toda la estepa burgalesa.
Fueron Juan II de Castilla y su primera mujer María de Aragón quienes decidieron donar el palacete real a alguna orden religiosa -preferentemente mendicante- para más tarde utilizar el lugar como emplazamiento eterno, aunque eso a priori no lo sabían los cartujos que poblaron el convento.
En aquellos años la corte castellana se hallaba seducida por el influjo del Ducado de Borgoña. Felipe el Atrevido, duque de Borgoña, hizo construir en Dijon su propio panteón dinástico dentro de un monasterio cartujo: la Gran Cartuja de Champmol. Álvaro de Luna -Condestable de Castilla, valido de Juan II, etc.- y su segunda esposa Juana Pimentel situaron sus tumbas en la Catedral de Toledo (algún día hablaremos de ellas). Gómez Manrique -de la casa Manrique de Lara y tío del conocido poeta Jorge Manrique- y su mujer Sancha de Rojas en el Monasterio de Santa María de Frex del Val (cerquísima de Burgos capital, hoy en día en un estado de abandono terrible)... Como ven era la moda de la época.
Claro que también influyó en la donación el hecho de que en el palacete solariego se quemara años atrás, supongo... Las obras de remodelación comenzaron en 1453 con Juan de Colonia dirigiendo el proyecto arquitectónico.
En esos cuarenta años de historia desde que se puso la primera piedra hasta que se finalizaron las obras, Castilla pasó por una guerra civil que enfrentó a Juana de Trastámara, apodada la Beltraneja (supuesta hija en principio de Beltrán de la Cueva-de ahí su sobrenombre- y confirmada por el papa Pablo II como hija legítima de Enrique IV de Castilla, heredero principal en la línea dinástica de Juan II), y su sobrina y medio tía Isabel I. Después de la guerra otros asuntos estatales de diversa índole hicieron que se congelaran las obras.
Isabel I la Católica, tras una visita a la capital burgalesa, fue la máxima impulsora para la finalización de las obras de la cartuja y así demostrar el poder de su estirpe paterno filial. Esa es la razón por la cual están enterrados allí el infante Alfonso e Isabel de Portugal, hermano y madre respectivamente de la reina, y no Enrique IV, hermanastro, ni María de Aragón, primera esposa de Juan II y madre de Enrique IV.
En 1486 la reina Isabel I y Gil de Siloé, máximo exponente de la escultura hispano-flamenca de finales del siglo XV, mantuvieron una serie de reuniones en las cuales se acordaron la talla del retablo para el altar mayor y el labrado de los sepulcros reales. Gil de Siloé mandó llamar a Diego de la Cruz como policromador del retablo. Ya en ese tiempo retomó el mando de la construcción el hijo de Juan de Colonia: Simón. Entre la muerte de Juan y la toma del mando de Simón estuvo al cargo de la arquitectura del edificio Garci Fernández de Matienzo.
Después de unas pequeñas desavenencias con los cartujos a cuenta de las dimensiones de semejante mausoleo, la corona se hizo cargo del pago de todas las obras necesarias y se trajo desde las canteras de alabastro de Cogolludo en Guadalajara el material precioso en el que trabajaría tanto Gil de Siloé como su taller para poder concluir la obra en apenas cuatro años, de 1489 a 1493.
Minuciosidad al extremo en los detalles de la corona de Isabel de Portugal. |
Sepulcro de los reyes castellanos en primer plano y de su retoño el infante adosado en la pared. |
¿Qué es lo primero que nos sorprende de esta fabulosa pieza? La base en la que reposan los reyes y otras figurillas conformada por una estrella de ocho puntas, jamás utilizada en ninguna otra parte para estos menesteres. Porqué o cuál es su posible significado es desconocido, ¡al menos por mí! y por los autores que he leído (fundamentalmente Yarza Luaces, H.E. Wethey, el magnífico foro de Enterramientos Reales, ¡ah!, y la Wikipedia ;-D ).
Ponerse a describir una a una las excelentes figuras y filigranas que decoran el sepulcro, supondría algo así como escribir un libro del tamaño de En Busca del Tiempo Perdido de Proust. No es esa mi intención, así que deléitense con algunas instantáneas.
Justicia y Fortaleza, dos virtudes cardinales. |
Las alegorías de la Caridad (virtud teologal) y la Prudencia (virtud cardinal). |
Las alegorías de la Fe (confundida con los atributos de la Prudencia) y la Esperanza, virtudes teologales. |
El Rey David, representado con el arpa, y el Profeta Daniel, una figura que se cree que no procede ni de las manos de Siloé ni de su taller y posiblemente sea de construcción posterior. |
Joseph, hijo de Jacob y ministro de Egipto, y Sansón representado en el momento en el que destruye el templo filisteo, último episodio de su vida. |
Diversos estudios coinciden en que las figuras que aparecen en las hornacinas del sepulcro (las que tienen aquí arriba y más en detalle aquí abajo) fueron colocadas en un orden diferente del original en algún momento posterior a la ejecución del túmulo ya que no se puede descifrar su iconografía y simbolismo con exactitud. De igual forma sucede con los leones que aparecen en el zócalo y con los apóstoles de la meseta...
Detalle de la Justicia. |
Detalle de La Piedad o Quinta Angustia. |
Detalle del Sacrificio de Isaac, una de las piezas más celebradas de todo el conjunto. |
La exquisita Virgen de la Leche. Yo me la llevaría a casa sin duda. ;-) |
La Prudencia. |
Los leones bien como animales sedentes, rampantes (como el de la foto, sosteniendo los escudos de Juan e Isabel) o en continua lucha, se representan en toda el basamento de la tumba. |
A los pies de los reyes se sitúa San Marcos con su figura alegórica, el león alado, la talla menos notable de los cuatro evangelistas. |
San Lucas con su atributo, el toro, al lado de la reina Isabel de Portugal. |
Figuras de diferentes santos en pie pueblan las puntas de la estrella que conforma la base donde yacen las figuras de los reyes. Incluso ¡una mujer! (¿Ven? Tengo que volver a fotografiarlo porque este "insignificante" detalle pasó por completo frente a mis retinas). Pero la más interesante desde el punto de vista escultórico de estas imágenes fue a parar al Metropolitan de Nueva York en su sección dedicada a los claustros: Santiago el Mayor.
Vamos con el misterio de la tumba porque qué sería de un monumento funerario noble sin algo de enigmático, ¿no? Fíjense en estas dos imágenes atentamente:
¿Lo consiguen ver? Efectivamente, aunque las tallas de las caras de la Cartuja de Miraflores no se corresponden con un retrato fiel de los monarcas y su infante, la cabeza del rey Juan II de Castilla es muy posterior a la de la reina Isabel y obviamente no salió de las manos de Gil de Siloé.
Es difícil de apreciar, no se molesten si no se percataron. De hecho poca gente se habrá dado cuenta ya que la realidad de la cabeza del rey Juan II fue desvelada tras las obras de restauración que se llevaron a cabo entre Junio de 2005 y Diciembre de 2006 en el presbiterio de la cartuja. Fue entonces cuando los restauradores se dieron cuenta de la burda manera en que la cabeza del rey había sido encajada en el cuerpo del mismo. Tras diversos estudios también concluyeron que el alabastro procedía de diferente cantera que la de Cogolludo (Guadalajara). Y por último un detalle más perteneciente al sentido común que al sesudo estudio es que la figura del rey había sufrido múltiples desperfectos -de hecho el cetro está segado de la mano- mientras que la cabeza se encontraba básicamente perfecta y desde luego no trabajada con el mimo que Siloé otorgaba a sus figuras.
A los pies del rey dos leones, figuras que, como dije más arriba, se encuentran por todo el sepulcro. |
A los pies de la reina, angelito, león y perro (símbolo de la fidelidad). |
¿Quién o quiénes tallaron la nueva cabeza del rey? No se sabe. ¿Por qué motivos fue atacado con tanta vehemencia el rey y no tanto la reina y el infante? Otro misterio. ¿En qué momento de la Historia se produjeron? Encontramos aquí dos teorías, ambas válidas. La primera y tal vez más fácil de inducir es referirse a las invasiones napoleónicas (que tanto daño hicieron a nuestro patrimonio artístico y cultural, por no mentar el social, económico, etcétera). Pero historiadores como Francisco Tarín y Juaneda sostienen que es muy posible que la cartuja sufriera tales desperfectos en época de Fernando VII ya que la población se hallaba terriblemente crispada por la situación político-económica que atravesaba España y es muy posible que algunos exaltados burgaleses la emprendieran a golpes con la figura del rey tomándolo como reflejo de su propio gobernante (por cierto, nada tienen que ver Juan II de Castilla y Fernando VII ya que las líneas dinásticas son diferentes).
Un rey sin su cetro, desafortunadamente perdido. |
Otro factor que pudo haber acabado con la cartuja fue su desmortización en 1835, si bien el monasterio no sufrió una exclaustración tan traumática como edificios cercanos (Santa María de Frex del Val en Villatoro, Santa María la Real en Aguilar de Campoo, San Miguel de la Morcuera en Miranda de Ebro, San Juan de Ortega en Burgos...) ya que las autoridades fueron conscientes del enorme valor que poseía y lo conservaron muy bien.
El manto, las mangas, los guantes, el rosario... ¿Se puede cincelar algo más perfecto que la figura de la reina Isabel de Portugal? |
En cualquier caso se cree que la agresión en la escultura yacente fue producida más o menos alrededor de 1820 y la tosca restauración de la cabeza entre 1823 (en 1828 Fernando VII y su esposa visitaron el lugar y quedaron gratamente sorprendidos por la belleza promoviendo unas obras de restauración ¿serían las de la testa del rey...?) y 1835.
Me figuro que habrán salido corriendo en dirección Burgos para ir a ver esta fabulosa pieza de arte funerario antes de llegar a este punto en la lectura... Si no lo han hecho, ¿a qué esperan? Venga, levanten sus posaderas del sillón y dirijan sus pasos hacia la meseta castellana. Le aseguro que el mausoleo en persona es más espectacular que todo lo que yo haya podido explicar aquí. ;-)
Cartuja de Santa María de Miraflores
Carretera de la Cartuja, km. 3,5
(al lado del parque de Fuentes Blancas)
09193 Burgos
T_ 937 26 87 99
E_ ctj.miraflores@cartuja.org
W_ www.cartuja.org
Horario
De L a V de 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 18:00
D de 12:30 a 13:00 y de 15:00 a 16:00
Notas
Se permite el uso de cámaras fotográficas sin flash. En cualquier caso tanto el sepulcro y el arcosolio como el retablo del altar mayor están perfectamente iluminados, eso sí, echando moneda para que se encienda (de alguna manera tendrán que obtener la financiación para la conservación del lugar, ¿no?).